Educar Hoy es Diferente

Cuando existe la vocación de educar, la enseñanza es necesariamente un acto de amor, o mejor dicho, la sucesión de actos de amor, un proceso orientado por el amor al ser humano, cuyo rostro se concreta en cada clase, en cada alumno, en cada curso.

Un proceso amoroso que implica sin duda la búsqueda de cambios en las personas, de cambios profundos y radicales, de cambios que transformen de manera auténtica la mente y el corazón.

Cambios que son dolorosos, que provocan una ruptura de esquemas preestablecidos, que implican riesgos, que cancelan para siempre la posibilidad de vivir instalados en la cómoda rutina. Cambios que son una verdadera revolución, una revolución amorosa, una revolución que a través de la libre decisión genera procesos inacabables de construcción del sujeto humano, de humanización del mundo.

Cuando existe la vocación de educador, se vive apasionadamente la convicción de que esta utopía es posible. Posible a pesar de que los datos que arroja una simple mirada a las aulas, no hacen sino constatar que la "Educación -la verdadera educación- ha muerto y que el hombre esta olvidado, sumergido en las practicas cotidianas carentes de sentido.

"Educar hoy es diferente" es vivir, ser y soñar.

Educar es pintar las estrellas con alas de gaviota y encontrar la llave de mil soles enjaulados…

Esta nueva aventura necesita de tu compromiso y de tu valioso apoyo, juntos lograremos que educar sea vivir.